martes, 17 de enero de 2017

Mucho camino institucional por recorrer para erradicar la pobreza y la desigualdad

La calidad institucional como elemento clave en la reducción de la pobreza y la desigualdad




  • Informe del Banco Mundial 
Más allá de las diferencias regionales, el perfil característico de los grupos sociales más pobres en el mundo se concentra en un 80% en el ámbito rural, la mitad son menores de 18 años —cuando este grupo de edad es solo un tercio de la población mundial—, y el nivel de formación de los adultos es muy bajo. Así lo describió Ana Revenga, supervisora del Banco Mundial, en el informe sobre la pobreza y la prosperidad compartida: abordar la desigualdad que se presentó el 16 de enero en la sede de la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID). Con la finalidad de poner fin a la pobreza y promover la prosperidad compartida a nivel mundial, la institución financiera elaborará entregas periódicas del informe para mostrar los avances en los objetivos de desarrollo sostenible fijados por Naciones Unidas (NU), concretamente el primero: fin de la pobreza y el décimo: reducción de las desigualdades. En definitiva, con estos estudios se pretende llegar a los profesionales del desarrollo, los encargados de la formulación de políticas y a la sociedad en general. 

Más en detalle, Revenga señaló que en el espectro 2008-2013, los ingresos del 40% de población más pobre en los países en desarrollo convergieron hacia las rentas más altas. Sin embargo, en los países de renta más alta o en aquellos del este de Europa, la desigualdad creció en el mismo periodo. Por su parte, Mario Negre, codirector del equipo que elaboró el informe, sostuvo que si el 40% más pobre de los países tomará o compartiera un 1% del crecimiento del 60% más rico, se alcanzaría el objetivo de reducción de la pobreza fijado para el año 2030. E incluso podría llegar en 2025 si el porcentaje fuera del 2%. En este sentido, defendió que «las políticas redistributivas pueden ser muy importantes para reducir la pobreza». 

En cuanto a las políticas sobre pobreza y desigualdad, las cuales «no son automáticas e irrevocables», José Cuesta, también codirector del informe, apuntó algunos de los aspectos comunes que habían llevado a países como Brasil, Perú, Mali, Camboya y Tanzania a rebajar sus índices de desigualdad en la última década. Entre esos factores se encuentran el crecimiento económico sostenido y rápido, unos mercados laborales más estables y que buscan reducir brechas, y la aplicación de políticas apropiadas tales como la inversión en infraestructuras, educación y sanidad. Todo ello junto con el aprovechamiento de un entorno económico internacional favorable. Asimismo, José Antonio Alonso, del comité de política de desarrollo de NU, refirió en su análisis la mejora y el progreso de la calidad institucional como un elemento clave del impacto de la desigualdad en la sociedad. 

  • Informe de Intermon Oxfam 
También el mismo día 16 se hacía público el informe Una economía para el 99% de la organización Intermón Oxfam, donde para atajar el problema de la pobreza y la desigualdad expone que se «requiere repensar el modelo económico». En este sentido, los datos de la economía española no acompañan y apunta que la desigualdad medida por el índice de Gini aumentó en 0,9 puntos en los últimos dos años.

De este modo, entre las líneas de cambio por las que aboga alude a potenciar el talento de las personas para así sacar su mayor provecho, enfocar la economía para que sirva a la mayoría y fomentar paquetes de políticas dirigidas a los colectivos más vulnerables ya excluidos o en riesgo de exclusión social.

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