viernes, 21 de noviembre de 2014

El Parlamento Europeo celebra un seminario sobre el Tratado Transatlántico entre EE.UU. y la UE

Falta de transparencia, márgenes difusos en los avances de las negociaciones y preocupación sobre los estándares de seguridad. Son, glosadas, las principales polémicas que comienzan a tener repercusión social y que pudieron comprobarse el 17 de noviembre en la sede del Parlamento Europeo en España donde tuvo lugar el seminario 'Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión - El Parlamento Europeo decide'. Basta, con echar un vistazo al hashtag #PEdecideTTIP que logró ser tendencia en Madrid. La jornada, necesaria por razones obvias, dejó unas conclusiones preliminares sobre las que conviene reflexionar. 

  • Falta de transparencia
 «Los asistentes a este seminario destacan la importancia de la transparencia de las negociaciones y el debate plural, y, especialmente, las organizaciones sindicales reclaman diálogo social. Se ha criticado el acceso limitado a la documentación de las negociaciones del tratado»

Se trata de la primera conclusión y más característica que dejó el seminario. El foco esencial de las críticas se relacionó con el Mandato del Consejo de la Unión Europea en el que establece las directrices de negociación sobre las que transitar. Un documento que estaba listo el 17 de junio del 2013 y que no ha sido hecho público hasta el 9 de octubre del 2014, si bien, fue filtrado. No obstante, Jochen Müller, analista político de la Comisión Europea, incidió en que se trata de una de las negociaciones comerciales que han tenido una mayor difusión hacia los estamentos sociales. 

  • Márgenes de las negociaciones 
«El debate pone de manifiesto que el mecanismo de resolución de conflictos (ISDS) es uno de los asuntos que más controversia y rechazo provocan, entre ellos el grupo socialista, los sindicatos y gran parte de la sociedad civil. Todavía no está decidida su inclusión definitiva en el tratado, a la espera de la consulta ciudadana, y, en cualquier caso, se propone un método nuevo que evite abusos por parte de las empresas y proteja la libertad de los Estados para legislar»

Santiago Fisas, eurodiputado por el Partido Popular Europeo, fue uno de los ponentes del seminario que se mostró más favorable a la implementación del ISDS, «aunque con limitaciones». Al igual que Inmaculada Rodríguez-Piñero, eurodiputada por los Socialistas y Demócratas que, incluso, fue más allá al afirmar que «no tendría que ser necesario». Asimismo, destacó como una de los temas a abordar en las negociaciones «el reconocimiento mutuo de las cualificaciones profesionales para llevar a cabo, por ejemplo, asuntos de contratación pública»

  • Preocupación sobre los estándares de seguridad 
 «Los participantes en el seminario ponen de manifiesto los resultados de los distintos estudios sobre la repercusión del tratado, que van desde positivas perspectivas de crecimiento a conclusiones que alertan sobre pérdida de empleos»

Como puso de manifiesto, Florent Marcellesi, portavoz de Equo en el Parlamento Europeo, «también deben ser tenidos en cuenta diversos estudios que plantean otros impactos de carácter económico que tendrían un signo negativo». Por ejemplo, como el estudio publicado por la Universidad de Tufts en EE.UU., que sostiene, entre otras argumentaciones, una reducción aproximada de 600.000 empleos en la UE con especial incidencia en los servicios, de aprobarse el TTIP. 

En definitiva, estamos ante unas negociaciones de gran envergadura política y económica que, hasta el momento, avanzan más rápido que el procesamiento y alcance social debido, fundamentalmente a un grado de transparencia insuficiente que limita el poder de reacción de la sociedad civil. La próxima ronda negociación del TTIP que está prevista para el mes de enero del 2015 ofrece una nueva oportunidad para mejorar la interacción de la UE con los ciudadanos.

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