miércoles, 30 de abril de 2014

Emprendimiento (2): Financiar y asegurar un proyecto de economía social y solidaria

«El problema de la crisis que estamos viviendo es que el propio sistema financiero ha roto sus propias normas creando productos financieros especulativos y escapándose de la realidad» 

El día 7 de abril, Medialab Prado, el laboratorio ciudadano, presentaba la Jornada de seguros y finanzas éticas. Marcos de Castro, psicólogo que presidió la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), introdujo parafraseando al sociólogo Alain Touraine, la motivación esencial de acercar tanto la banca como los seguros a la realidad social que acontece. Una realidad que como afirmó «se construye en la tensión, en los pactos, en el diálogo empresa-sociedad» y por ello, sostuvo que «es necesario hacer una banca que esté metida en la economía real, que esté comprometida con el territorio y que no roce la economía especulativa». ¿Cómo conseguirlo y qué modelo fomentar? 

Financiar la economía social y solidaria 

Una parte de la jornada se centró de manera esencial en las alternativas existentes en torno a cómo financiar la realización de proyectos empresariales basados en la economía social y solidaria. Nuria del Rio, miembro de la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) habló de la dificultad de construir esta red que ahora empieza a tener cada vez una mayor repercusión. Precisamente, este modelo que ya abordamos a principios de este mes, merece, no osbtante, una precisión en cuanto a la economía solidaria definida por Juan Carlos Peréz de Mendiguren del Instituto HEGOA de la siguiente forma: «la economía solidaria que nace del tronco común de la economía social (…) pone a las personas y su trabajo en el centro del sistema económico, otorgando a los mercados a un papel instrumental siempre al servicio del bienestar de todas las personas».

En este sentido, en el ámbito de la financiación, se presentó la Fundación para la Inversión y el Ahorro Responsable (FIARE). Juan Garibi, su director, expuso la filosofía del proyecto de banca ética que caracteriza esta organización y señaló respecto a la red de economía alternativa y solidaria que es necesario que «sea más sólida». Remarcaba de esta manera que en un contexto donde la sociedad demanda mayor transparencia y valores en la gestión del dinero que realiza la banca convencional, aquellas entidades de economía social y solidaria que no tienen ánimo de lucro, apenas son contempladas en los canales tradicionales de financiación. Y, por ello, dada su labor, merecen una especial atención y recursos financieros adaptados.


Aseguramiento ético y solidario

En el área de los seguros, Luís Marchand, fundador de Cooperación para el Aseguramiento Ético y Solidario (CAES) comenzó su intervención aludiendo a «devolver al proceso asegurador el espíritu mutualista original». Bajo esta premisa incidió en la lógica de contar con la herramienta aseguradora a la hora de establecer proyectos de economía social y solidaria. Un sector, donde ya prestan seguros a más de 100.000 personas y que se encuentra en un verdadero auge.

Se trata, por tanto, de financiar proyectos y asegurarlos desde un enfoque emprendedor distinto y caracterizado en el discurso social y solidario donde el bienestar de los ciudadanos es la piedra angular sobre la que construir y orientar el sistema económico. Los profesionales, en su función de prestar sus servicios profesionales con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas parten de situación excepcional para emprender y potenciar la economía social y solidaria.


lunes, 28 de abril de 2014

Lean Management: ejemplos de aplicación para las organizaciones colegiales y los profesionales.

En el último número de la revista Profesiones, Lluís Cuatrecasas Arbós, presidente del Instituto Lean Management de España nos habla, en su artículo de opinión, de este novedoso modelo de gestión de las actividades empresariales.

¿En qué consiste, exactamente, el modelo Lean Management?. Según sus palabras, «está basado en llevar a cabo lo que requieren los clientes, en la medida que lo requieran y justo cuando lo necesitan. Simple pero efectivo. Mediante el Lean Management se obtienen productos y se prestan servicios con gran rapidez y a bajo coste, ya que trata de evitar las actividades y consumos de recursos innecesarios».

De esta forma, a través de los principios que rigen este modelo, el señor Cuatrecasas desarrolla ejemplos de aplicación práctica para las entidades colegiales y los profesionales, que se exponen a continuación: 

1. Determinar lo que valora el cliente: adecuar a sus preferencias las características de productos o servicios, y ofrecerlos favoreciendo su satisfacción. 
Ejemplo: Servicios profesionales personalizados al máximo, priorizando lo que preocupa más al cliente, actuando de acuerdo con las leyes y reglamentos, y aconsejando u orientando debidamente al cliente, en lugar de tratar de obtener beneficio a su costa. Aunque la personalización de tales actuaciones no aconseja estandarizar, es común en Lean Management que los procedimientos empleados se estandaricen adecuadamente, una vez optimizados. 
2. Los procesos empresariales han de ser tales que el valor fluya rápidamente a lo largo de los mismos, por lo que han de estar exentos de actividades tipo desperdicio que detienen el flujo de valor. 
Ejemplo: Un proceso administrativo de un Colegio Profesional que obligue al colegiado a efectuar largas colas, con las correspondientes pérdidas de tiempo, y vagar de un mostrador a otro porque no está instaurado el concepto de “ventanilla única”, no resulta un ejemplo de valor que fluye como es debido. 
3. Plantear la producción de bienes y servicios de acuerdo con la demanda, evitando la sobreproducción y, por tanto, no caer en la tentación de producir más para alcanzar economías de escala, compensar desajustes (que no deberían existir) o para no tener parados las personas y equipamientos técnicos. 
Ejemplo: Un servicio profesional sobredimensionado para el mercado real al que puede acceder y, por tanto, con un nivel de inversiones y de gastos de mantenimiento excesivos, no hará otra cosa que sobrecargarlo innecesariamente con stock y recursos infrautilizados. Podría ser el caso de cualquier proyecto de arquitectura o ingeniería realizado por un profesional y supervisado por su Colegio.
4. Priorizar el progreso del producto o servicio, no permitiendo que se detenga por ninguna causa, lo que implica operar en flujo.
Ejemplo: No hay verdadero flujo en un servicio sanitario en el que se emplea una mañana entera para un chequeo médico que requiera un análisis de sangre (5 minutos), una radiografía (otros 5 minutos) y un electrocardiograma (10 minutos), de forma que el paciente pasa el resto del tiempo caminando por pasillos o esperando en salitas de la consulta médica: el producto (paciente) debería “fluir” sin parar de un proceso a otro y terminar en media hora. 
5. La operativa de productos o servicios procesados uno a uno no ha de plantearse de manera que avancen en grupos, ya que tendrían que esperar a que termine todo el grupo (con lo cual, el flujo se detiene). 
Ejemplo: Las reclamaciones al Colegio o de los clientes de los colegiados, no pueden amontonarse para luego proceder a su análisis y propuesta de solución (al estilo tradicional). Ha de arbitrarse la forma de que las reclamaciones se resuelvan cuando se presenten, en lugar de reunirlas en “grupos o lotes” para analizarlas conjuntamente. 
6. Dotar al sistema productivo de flexibilidad para adaptarse con rapidez a las fluctuaciones de la demanda. 
Ejemplo: Si una Sociedad Profesional pretende atender clientes pertenecientes a sectores de actividad muy distintos (proyectos técnicos, litigios o pleitos, actividades sociales, actividades sanitarias, etc.), ha de tener equipos de trabajo polivalentes que puedan desplazar su actividad dentro de la Sociedad, de manera que se cubran adecuadamente los servicios que los clientes requieran en cada momento, aunque vayan cambiando con el tiempo y las circunstancias. 
7. Toda la operativa contemplada en los principios expuestos, sin duda enfocada a obtener la máxima competitividad, debe llevarse a cabo al ritmo que imponga la demanda, lo que en Lean Management es conocido como «operativa pull».
Ejemplo: Un Colegio Profesional ha de tener, a disposición de sus colegiados, las publicaciones técnicas o de normativas que éstos requieran en cada momento, incluida una biblioteca y sus libros. Pero ello exige que la cantidad y tipo de publicaciones y libros que ha de ponerse a disposición de los colegiados en cada momento, se determine a partir de las necesidades evidenciadas por éstos (que irán cambiando) y disponer los procedimientos que lo garanticen. 
8. Se impone la mejora continua, que nunca acaba, porque la perfección no se alcanza nunca, la cual afectará a cuanto se contemplado en los anteriores principios. 
Ejemplo: Los ejemplos de actividad del Colegio y sus profesionales, que hemos descrito, nos sirven para ilustrar la mejora continua: siempre podríamos ocuparnos mejor del consumidor, nunca eliminaremos del todo las colas en los procesos del Colegio, los servicios no estarán nunca bastante bien dimensionados, el cliente de un servicio profesional podría atenderse de forma que pierda menos tiempo y ande menos, las reclamaciones podrían atenderse con mayor celeridad, la flexibilidad y polivalencia del personal podrían ser mayores, lo mismo que la adaptación del tipo y nivel de publicaciones del Colegio a las necesidades reales de sus colegiados, en cada momento.

viernes, 25 de abril de 2014

Profesiones y Economía del Bien Común: Entrevista a Christian Felber

El austriaco Christian Felber es el responsable de haber propuesto un modelo económico que afirma haber superado «la dicotomía entre capitalismo y comunismo para maximizar el bienestar de nuestra sociedad». La Economía del Bien Común (EBC) se construye desde la cooperación y la ética aplicada a lo económico, donde el éxito de una empresa viene definido «por su contribución para disminuir los problemas colectivos de la sociedad». Un necesario punto de vista del que las profesiones liberales forman parte al estar todas ellas centradas en la satisfacción de las necesidades reales del ser humano, tal y como este modelo indica.

Presentamos en este blog, a principios de año, el modelo de Economía del Bien Común, convencidos de que las profesiones liberales, en esencia y en la práctica, han de tener en cuenta lo que en la revista Profesiones y desde la Fundación del EBC, nos ha definido su vocal de comunicación, Beatriz de Andrés, como «un modelo eminentemente práctico» donde las empresas «en vez de regirse únicamente por su balance económico, lo hacen por criterios de utilidad social: Tan importante es que produzcan beneficios, como que respeten el medio ambiente, remuneren igual a hombres y mujeres, no exploten a sus trabajadores y sean capaces de crear empleo». 

Fieles a la idea de traer ideas innovadoras que doten a las profesiones de nuevas herramientas para el presente, hemos entrevistado al ideólogo de la Economía del Bien Común sobre su modelo; le hemos preguntado por el papel de las profesiones dentro del EBC, así como su opinión sobre las negociaciones para la creación de una zona de libre comercio entre Estados Unidos (EEUU) y la Unión Europea (UE) y las consecuencias de ese «pensamiento bilateral». Porque, como comenta Felber, «los profesionales liberales, gracias a su autonomía profesional y formación universal, son más porosos a otras visiones del ser humano, por un lado, y a nuevos (re)conocimientos científicos, por otro. Su misión no es tanto el servicio del ser humano a la economía como el libre desarrollo universal del mismo». De ahí su importancia para el desarrollo del individuo y de una sociedad más justa. Porque es cuando pensamos en el común, en la sociedad como conectada, cuando ganamos todos. 

miércoles, 23 de abril de 2014

Lecturas económicas para el 'Día del Libro'

La biología de la toma de riesgos (Anagrama, 2013) 

John Coates, investigador en neurociencias y finanzas en la Universidad de Cambridge, nos sumerge en un certero y meticuloso ensayo sobre los factores biológicos que intervienen en nuestro comportamiento en relación a la economía. Para ello, destierra uno de los mitos más implantados en el paradigma actual: «en economía todavía subsiste algo muy parecido a la división platónica entre mente y cuerpo…». Este precepto implantado por la escuela neoclásica, «una economía de cuello para arriba» ha ido reduciendo los márgenes de análisis y reflexión que explican la creación de burbujas que desembocaron en grandes crisis que dejaron huella. Por ejemplo, la llamada «cicatriz invisible» que sucedió a los años 20 y que dio lugar en esas generaciones a «una desconfianza patológica en los bancos y los mercados de valores, así como un miedo enfermizo al desempleo». Una situación con paralelismos cada vez más claros en nuestra sociedad. A lo largo del ensayo centrado en el parqué de operaciones de un gran banco de Wall Street, Coates, con experiencia en lo frenético de estos enclaves, analiza de manera pormenorizada y amena la amalgama entrelazada de reacciones químicas que se producen en nuestro cuerpo y que nos hacen estar alerta preconscientemente antes de tomar de una decisión. Después de todo, en nuestras decisiones, no sólo interactúan elementos racionales absolutamente verificables, también está muy presente una cuestión de feeling.



La economía del bien común (Deusto, 2012) 

Cambiar el concepto de éxito económico imperante, ponderar a las personas como el fin de la economía y no el medio y la cooperación como norma natural de comportamiento son algunos de los elementos esenciales que propone el creador del modelo de Economía del Bien Común (EBC), el austriaco Christian Felber en este libro. Una deconstrucción desde los cimientos que sustentan la lógica económica presente para construir un nuevo paradigma económico cuyo objetivo fundamental sea perseguir el bien común de la sociedad. Como afirma Felber, «la ciencia económica clásica está desprovista de alma. Es, por tanto, una gran amenaza para la sociedad futura. (…). El principio de este proceso de curación es incluir de nuevo la economía dentro del sistema de valores sociales». En este sentido, el autor apela a cumplir realmente lo enunciado en numerosas constituciones europeas donde se fomente el bien común para el conjunto de las sociedades. Y para ello, el libro aborda desde un aspecto filosófico y empírico las bases del modelo para después pasar a ser un manual eminentemente práctico acerca de cómo poner en marcha esta nueva concepción en un proyecto empresarial sin importar la dimensión. Hablamos, en definitiva, de un modelo económico, más ético, responsable y sostenible.

jueves, 10 de abril de 2014

Emprendimiento en Economía Social (1): alternativa natural para los profesionales

Nos dirigimos a una organización empresarial caracterizada por el «modelo de la quíntuple cuenta de resultados: económico-financiera, gobernanza y la ética, sostenibilidad y mediambiente y talento y sociedad». Así, dibujaba Jorge Cachinero, profesor del IE Business School en su artículo ‘Servicios profesionales y futuro’ el presente y devenir de los servicios profesionales. Fruto de este resurgimiento de los modelos de negocio, el concepto de emprendimiento se ha convertido en los últimos meses en una palabra más común y como adalid de una recuperación que no acaba de llegar. ¿Pero cómo enfocar ese emprendimiento para que sea viable y sostenible? La economía social ofrece una respuesta a los profesionales y se constituye como una estrategia empresarial con unos valores concretos recogidos en la propia legislación del sector, Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social. ¿Qué valores son estos? El básico: el compromiso social por encima del capital. 

  • ¿Qué es la economía social y por qué encaja con las profesiones?
La economía social es ya una realidad en nuestra sociedad cuyo ritmo de crecimiento está siendo notable. Según la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), este sector supone un 10% del PIB y un 10% del empleo entre directo y vinculado. Pero, además, es un modelo dirigido especialmente a cooperativas, mutualidades, asociaciones, fundaciones, que en los últimos años han experimentado cierto auge debido a las fallas y desconfianza en la gestión de otros modelos empresariales. 

La motivación de esta expansión encuentra una pista en la definición de economía social que establece su propia ley. Según el artículo 2, «se denomina economía social al conjunto de las actividades económicas y empresariales, que en el ámbito privado llevan a cabo aquellas entidades que, de conformidad con los principios recogidos en el artículo 4, persiguen bien el interés colectivo de sus integrantes, bien el interés general económico o social, o ambos».

Pero esta definición de carácter jurídico se completa con los principios de la Economía Social, expuestos en el artículo 4 de la citada ley:
- Primacía de las personas y del fin social sobre el capital. Donde se destaca la gestión transparente, democrática y participativa que debe vertebrar estas organizaciones. 
- Aplicación de los resultados obtenidos de la actividad económica. Es decir, reparto equitativo y social de los beneficios en función del trabajo aportado. 
- Promoción de la solidaridad interna y con la sociedad. Favorecer el desarrollo local, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, cohesión social, etc. 
- Independencia respecto a los poderes públicos. 

Hablamos de unos principios en sintonía con la sociedad civil, que proveen y cubren unos espacios del mercado que hasta ahora se habían focalizado de manera esencial en la obtención y maximización de beneficios, dejando en un plano secundario las consideraciones y compromisos sociales que deberían ser inherentes al comportamiento económico. 

  • Las profesiones en la economía social 
En este sentido, el sector de la economía social no es ajeno al ámbito colegial. Las mutualidades fundadas por las organizaciones profesionales son pioneras en este modelo de gestión. Así, la Mutualidad General de la Abogacía, Premaat (mutualidad de los aparejadores y arquitectos técnicos), las mutualidades de los médicos, procuradores o los peritos e ingenieros técnicos industriales son algunos de los ejemplos que posicionan al subsector de las profesiones en un lugar destacado en la promoción y difusión de la economía social. 

Por tanto, los profesionales, que están demostrando un mayor impulso hacia el autoempleo como así indicaban las últimas estadísticas de marzo de afiliación del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, tienen ante sí, un sector como la Economía Social con el cual comparten valores de solidaridad, cooperación, independencia, compromiso social o la subordinación del capital económico al capital humano y, por ende, bienestar social.