viernes, 27 de diciembre de 2013

Lecturas económicas


Nos cuenta el economista greco-australiano, Yanis Varoufakis, el cuento del «Minotauro global» (Capitan Swing, 2012), una vuelta al mito como «metáfora útil» para explicar el porqué de un presente dislocado por el sistema económico globalizado y de cómo en la década de los setenta se trabajó a conciencia en la compleja mascarada económica que garantizó la hegemonía de Estados Unidos a golpe de déficit; la misma que nos ha traído los lodos en los que ahora nadamos. La clave propagandística está, como siempre, en simplificar la complejidad de los argumentos. Qué mejor manera de contraatacar que con una alegoría. El «Minotauro global» apela a Grecia y a los constantes tributos que aquellos atenienses hacían a la bestia en pos de un supuesto progreso; algo muy parecido a lo que ha venido sucediendo desde los ochenta con los mercados (financieros): Wall Street como animal hambriento en el que todos quieren confiar, aunque se intuya que el sistema, en el largo plazo, no va a funcionar. Un ensayo oportuno que pone sobre la mesa las asimetrías de un sistema económico guiado por la irracionalidad, según su autor; que también ofrece alternativas para volver al camino, lejos de las actuales políticas de austeridad. Después de la «aporía» que supuso el 2008, puede que sea cierto que estamos en un punto de la historia desde donde poder pivotar, incluir más actores en el escenario global para equilibrar la balanza e intentar salir de esta «quiebrocracia». O tal vez no.



Cuando el periodista Nicholas Wapshott decide subtitular este singular ensayo -que también funciona a modo de biografía pero, sobre todo, como radiografía psicológica de sus protagonistas- «el choque que definió a economía moderna», no se está quedando corto a la hora de analizar la batalla intelectual (y personal) entre John Maynard Keynes y Friedrich Hayek, autores de las dos teorías económicas que han definido la concepción de las relaciones entre Estado y Mercado en la segunda mitad del siglo XX (y más allá). Con la Primera Guerra Mundial y su discutido Tratado de Versalles como desencadenante, ambos economistas, el inglés Keynes y el austriaco Hayek, comienzan a elaborar sus puntos de vista de lo que será, más tarde, pensamiento y doctrina económicos. Mientras el primero defenderá el gasto público estatal como modo de reactivar la economía, el segundo aludiría a la mano invisible de un mercado autorregulado por sí solo, sin Estado que lo controle, ni organismos públicos que lo proyecten. Un repaso por los orígenes, el desarrollo y, lo que es más interesante, la posibilidad de elucubrar con lo que ambos hubieran sugerido para abordar la actual crisis; ¿un «choque» que podría haber sido de ayuda? Wapshott prefiere optar por la ambigüedad, pues la posibilidad de que ambos hayan fracasado parece, a día de hoy, la más obvia, la más coherente, a la luz del actual estado de la economía. 



De un tiempo a esta parte no hay profesional que no se haya fijado en el potencial de lo que se ha venido a llamar «la revolución de los datos masivos» o big data. Se trata de uno de los temas clave de nuestro presente, no tanto por la promesa económica de esta propuesta, que muchos asocian a beneficios inmediatos de carácter monetario, sino por cómo los estudios estadísticos y la inversión en la visualización de los resultados puede acercar a la sociedad una imagen más precisa, más completa, de la realidad. La fuente de estos datos es Internet, escenario desde donde se nos recomienda hacernos a la idea de un «nuevo» concepto de privacidad. Otra consecuencia directa de este cambio tecnológico la encontramos en la acumulación de información. De esta sobrecarga, ¿cómo hacer para «dejar que los datos hablen»? Viktor Mayer-Schönberger y Kenneth Cukier, autores del ensayo que nos ocupa, apuntan a la perspectiva macro: «el big data se refiere a cosas que se pueden hacer a gran escala, pero no a una escala inferior, para extraer nuevas percepciones o crear nuevas formas de valor, de tal forma que transforman los mercados, las organizaciones, las relaciones entre los ciudadanos y los gobiernos». Estos autores apuestan por el cambio estructural; por conformarnos con que el qué pues no sabremos el porqué. Por una revolución enfocada en cómo usamos los datos.  

lunes, 16 de diciembre de 2013

Profesionales: emprendimiento como salida

En los últimos días viene confirmándose una tendencia más consolidada del rumbo que han tomado las profesiones colegiadas. De esta forma, el aumento de profesionales en ejercicio por cuenta propia (por necesidad en muchos casos, en el llamado emprendimiento), la moderación en los costes laborales, así como el repunte en creación de sociedades mercantiles dedicadas a servicios profesionales, configuran el escenario actual de un subsector que espera una ley discutida y matizable. Por ello, nos preguntamos: ¿Cuál es la verdadera fuerza y progresión de estos indicadores? ¿Serían sostenibles ante una ley demasiado liberalizadora? 

  • Análisis de los datos: más profesionales emprendedores, pero… 
La conclusión esencial que se extrae a raíz de los datos que se exponen a continuación explica el comportamiento emprendedor de los profesionales más como una respuesta o alternativa a la frágil situación del ejercicio por cuenta ajena, que a una decisión fruto de un contexto económico más proclive. Por ello, los profesionales que evidencian su capacidad de adaptación se enfrentan a nuevos retos.

11.684 profesionales más ejercen por cuenta propia en el último año, según los datos de afiliación de noviembre publicados recientemente por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Esta cifra supone un incremento del 5,40% y sitúa al subsector de los servicios profesionales como uno de los más propensos a la aventura de emprender. 

No obstante, este dato se complementa con la situación estancada de aquellos profesionales que realizan su ejercicio por cuenta ajena ya que, en el mismo periodo anual, presentan un descenso de afiliados del 0,45%, si bien en noviembre, la nota positiva fue una subida del 0,33% que parece querer romper esta tendencia. 

Además, para entender esta evolución es necesario tener en cuenta la serie de costes laborales (ICLA) que publicó el INE la semana pasada. Así, en el tercer trimestre las actividades profesionales, científicas y técnicas acumularon un descenso, en media, del 1,1% anual, convirtiéndose en uno de los subsectores que más ajuste hacen en este sentido, en contraposición con el conjunto de la economía, que repuntó los costes laborales en un 0,6%. 

Una vez vistos estos datos que, no olvidemos, se encuadran en un contexto económico que aún sigue mostrando incertidumbre por la vulnerabilidad de algunos indicadores, encontramos razones que explican también el giro más pronunciado hacia el emprendimiento de numerosos profesionales, que ven en esta opción una salida para seguir desarrollando su actividad.

Asimismo, y prueba de ello para terminar, están las sociedades mercantiles como indicador que, según la estadística del INE, señala a las profesiones colegiadas como la tercera actividad económica con más dinamismo creador, con un peso del 12,23% sobre el conjunto de sectores económicos. 

  • ¿Es sostenible esta tendencia con una liberalización excesiva? 

El auge del ejercicio por cuenta propia supone una nueva oportunidad para el subsector de las profesiones que, heterogéneo y golpeado en mayor o menor medida por la crisis, muestra una vez más su carácter adaptativo e impulsor de la economía. No obstante, para reforzar esta tendencia, es imprescindible mejorar dos esferas conexas. Por un lado, establecer un marco regulatorio de servicios y colegios garante del control deontológico sobre los profesionales y que, por tanto, suministre la suficiente confianza sobre la calidad a los clientes o pacientes que precisen sus servicios. Y, por otro lado, en el ámbito económico, políticas e incentivos que puedan abrir de manera clara el ‘grifo’ del crédito a los proyectos de los profesionales que comienzan. De lo contrario, estas tendencias expuestas, difícilmente podrán tener continuidad.

martes, 3 de diciembre de 2013

Servicios profesionales: potencial de crecimiento actual

Comisión Europea: en España, «la transición deseada hacia actividades que requieren mayor valor añadido, conocimientos y tecnología está todavía obstaculizada por la ausencia de una mayor liberalización de servicios profesionales»

Esta fue una de las principales conclusiones que emitió la Comisión Europea el pasado jueves 26 de noviembre, en su informe sobre las pymes en Europa. Destacó además, que el perfil de éstas en España se caracteriza por una generación de valor añadido reducido concentrado en alimentación, comercio, restauración, textil, etc. No obstante, hay que tener en cuenta, que el 94,1% del tejido empresarial español son microempresas; es decir, tienen menos de diez trabajadores y ocupan al 38,5% de los trabajadores, según el Instituto de Estudios Económicos (IEE). En este sentido, la transformación de la economía hacia actividades de mayor valor añadido por la que aboga Bruselas tiene una justificación certera: una mayor liberalización de los servicios profesionales merece una especial reflexión

  • Las profesiones invierten en innovación tecnológica 

Las profesiones muestran un comportamiento contracíclico positivo en innovación tecnológica. Durante el año 2012, el gasto en innovación tecnológica en las actividades profesionales, científicas y técnicas creció un 5,1% frente al descenso acusado del 9,1% en el conjunto de la economía. Unos datos que toman un mayor significado si se contextualizan con la bajada de un 6,6% en la industria y de un 11,1% en los servicios como refirió el INE el 27 de noviembre en su publicación. Este incremento, que no es casual o fortuito, responde al concepto de profesión liberal estructurado bajo el modelo colegial actual, que percibe la innovación en todos los órdenes de la profesión como esencial para ofrecer cada vez un servicio de calidad media más elevada a los usuarios. Sin el incentivo que proporcionan las entidades colegiales en la promoción y evolución de las profesiones y, de la misma forma, el amparo de seguridad que sirven a los clientes o pacientes a través del instrumento de colegiación, una liberalización excesiva que alejara al profesional y ciudadano de los colegios distorsionaría estos elementos. 

  • Los servicios profesionales como bienes transables

Fruto del apoyo a la evolución de las profesiones por las instituciones colegiales los servicios profesionales tienen la capacidad hoy de ser considerados transables, o lo que es lo mismo, exportables. ¿Por qué? Si nos remontamos al periodo de crecimiento de la economía española comprendido entre 1995-2007, vemos que éste se debió a los bienes no transables; en otras palabras, bienes que no eran exportables como los que resultan de la construcción o restauración. Sin embargo, los profesionales -durante esta etapa y de forma más reciente e intensa- ven en la prestación de sus servicios al exterior mediante soportes tecnológicos una posibilidad real y efectiva de competir en el exterior a través de la seña de calidad -ejemplo: e-commerce-. Este nuevo escenario presenta, no obstante, una sensibilidad especial, dado que la prestación debe preservar la misma confianza para el ciudadano que un servicio profesional al uso.

Por tanto, si se quiere fomentar el potencial exportador de nuestra economía, un factor primordial debería ser asegurar que la prestación de servicios profesionales se realiza en base a los criterios de seguridad indispensables para el cliente o paciente y con el nivel de calidad necesario que garantizan los colegios profesionales a través del control deontológico. Desplazar a las instituciones colegiales a un papel más distante, en este apartado, supondría un argumento de menor competitividad y credibilidad de nuestros profesionales en el exterior en comparación con otros países donde el modelo colegial está más presente.