lunes, 8 de octubre de 2012

Por qué Carlyle no tenía razón...

Con motivo de este post inaugural, puede ser interesante comenzar por contextualizar acerca de las líneas maestras sobre las que va a tratar este blog. Si atendemos al título principal, Carlyle no tenía razón, aludimos al afamado ensayista y crítico social escocés del siglo XIX que afirmó sobre la economía que era una “ciencia lúgubre”. Una conclusión a la que llegó después de estudiar la teoría malthusiana de la población y los alimentos, en donde se aventuraba un futuro ciertamente negativo. La economía, desde entonces, ha convivido con esta pesada carga, —no sin razón en ocasiones, todo hay que decirlo—, que le ha hecho llevar consigo el sambenito de carácter oculto, materialista, críptico o enigmático. Por ello, desde esta plataforma, intentaremos desde un punto de vista humilde pero con gran incentivo, hacer de la economía algo más pedagógico y transparente, con el propósito de quitar la razón con permiso a Thomas Carlyle.

En este sentido, ante la avalancha de noticias que nos invaden en los últimos meses y que darán como colofón la aprobación de la reforma de los servicios profesionales, pretendemos hacer llegar desde aquí: una batería de definiciones, reflexiones y ejemplos nutrida de teoría económica que nos ayude a entender un poco mejor de qué hablamos y más importante aún de qué nos quieren hablar. De manera progresiva, por tanto, consideraremos temas tales como macroeconomía donde nos centraremos principalmente en el empleo, pero también y muy especialmente en cómo funciona el mercado de los servicios profesionales. Un mercado que tiene unas líneas de actuación y características específicas que trataremos detenidamente. Emplearemos, asimismo, cuando sea preciso, el estudio económico realizado dentro de Unión Profesional llamado “Impacto en la economía nacional de la regulación de los colegios profesionales” en donde se abordan todos estos temas.

No olvidemos, que la seña de identidad principal de los servicios profesionales es la confianza y la calidad, lo que llama a una filosofía y ética profesional de hacer las cosas sensiblemente diferente a otros sectores económicos. Con lo cual, para hacer honor al lema de este blog, buscaremos una mayor identificación y confirmación de una cultura económica de lo profesional.