martes, 25 de febrero de 2020

#ApunteEconómicoUP: La mejora en el desempeño de una profesión colegiada ante el envejecimiento

Es evidente que a medida que nuestra demografía envejece resulta de especial interés profundizar en todos aquellos aspectos que van a transformar la fisionomía de nuestra sociedad y también nuestra forma de trabajar con el fin de detectar aquellas áreas de mejora pero también las potencialidades que ello conlleva. Si nos centramos en el ámbito laboral, lógicamente el envejecimiento tanto cognitivo como físico es una temática que puede tener diferentes ritmos y capacidad de adaptación de acuerdo al desempeño personal y la exigencia de cada sector. 

Precisamente, esta es una de las cuestiones que ha abordado recientemente un artículo analítico del Banco de España cuyo título es Envejecimiento, productividad y situación laboral. Por ello, aprovechamos para aproximarnos a este fenómeno inherente a la sociedad en su interrelación con el desarrollo de una profesión colegiada. 

Más presencia en las profesiones 
El análisis del Banco de España nos muestra un estudio de los perfiles del envejecimiento a partir de los 50 años. Según diversos estudios, aunque el paso de los años contribuye a un deterioro en muchos planos, también señala que «los años en activo permiten acumular otro tipo de habilidades más relacionadas con la planificación o la capacidad de evaluación del trabajo ajeno, que son muy valiosas en determinados contextos». 

En este sentido, se trata de condiciones que se encuentran más en sintonía con el ejercicio de una profesión colegiada, que se caracteriza por ser intensivo en conocimiento y en trato personal. Cuestiones que, por su propia esencia y debido a la práctica en la prestación, tienden a mejorar y ser más perfeccionados por el profesional con el paso de los años, lo que hace crecer su valor y su capacidad de atribuirlo a la sociedad. 

Asimismo, hay otros factores de equilibrio que se producen: por ejemplo, en términos de sostenibilidad de las pensiones si los profesionales deciden alargar su vida laboral más allá de lo estipulado, o también otorgar un mayor y más amplio grado de cobertura al conjunto de la sociedad que mostrará diferentes problemáticas asociadas el envejecimiento generalizado. 

Con este contexto no parece casual que según la distribución por sectores de la gente de edad más avanzada con educación elevada muestre que en España, «solo la Administración Pública, educación y sanidad acumulan el 50% de los trabajadores mayores, y el resto de los servicios el 21% entre los que destacan las actividades profesionales». Un hecho que contrasta con otros sectores en los que la exigencia física es mayor, como es la hostelería y que produce un mayor incentivo a la retirada del mercado laboral de los trabajadores a medida que cumplen más años. 

Formación continua, factor determinante
Un pilar en el que incide el Banco de España para retrasar el envejecimiento y favorecer un mayor grado de empleabilidad es la actualización formativa, pues «parece razonable que, para llegar de la mejor manera posible a la edad madura, es necesario ampliar la oferta de cursos de formación continua en edades tempranas de la carrera laboral para retrasar en la medida de lo posible el deterioro de las habilidades». 

Es decir, estamos ante esquema que está en línea con el fomento de la formación continuada que realizan las corporaciones colegiales como uno de los cimientos para ofrecer el mejor y más actualizado servicio a los ciudadanos por parte de los profesionales y, que en consecuencia, puede ser sostenido en el tiempo. 

Además, los avances tecnológicos que, previsiblemente, se irán incorporando durante los próximos años en la prestación de servicios profesionales podría enfocarse como un elemento positivo para favorecer un alargamiento de la vida laboral de aquellos profesionales que lo deseen. Básicamente, con la formación actualizada de estos profesionales de edad más avanzada, la tecnología puede ayudarles a descargar parte del esfuerzo físico y mental, y dedicarse más a la coordinación en la prestación del servicio, el trato personal y aplicar su mayor experiencia.

miércoles, 22 de enero de 2020

#ApunteEconómicoUP: La empatía, elemento de eficiencia y valor añadido de las profesiones colegiadas

«En el terreno de las investigaciones sobre la evolución del liderazgo, la preocupación queda centrada en cómo realzar la ética como bastión de crecimiento positivo y mecanismo de contención frente al narcisismo asfixiante. El ideal elegido, desde ámbitos tanto académicos como socioeconómico, para construir una senda alternativa y regeneradora le ha correspondido a la empatía». Es una de las reflexiones que deja Alberto González en un reciente artículo de Retina que aborda la influencia de la empatía para generar relaciones económicas y sociales más estables y deseables. Este nuevo marco invita a reflexionar de nuevo sobre el impacto de las profesiones colegiadas en el tejido productivo y social, pues si hay un valor reconocido y reconocible que es consustancial a un sector, es la empatía que ejercitan las profesiones colegiadas en los servicios que prestan. 

Interna, mejora de procesos; externa, mejora del servicio 
En el desarrollo de una profesión, podríamos distinguir dos grandes esferas en las que la empatía que abona el profesional genera más valor añadido y eficiencia. En primer lugar, si nos referimos a la coordinación del personal tanto de un pequeño despacho, como de una entidad mayor, a pesar de que los protocolos de actuación y comunicación interna tienden a estar estandarizados, no es complejo intuir que la incorporación de la empatía inherente a los profesionales puede hacer que la atmósfera de equipo y el proceso de funcionamiento de la corporación privada o pública sea más fluido y eficiente, al igual que favorecedor del desarrollo personal. 

Por su parte, si conceptualizamos la empatía profesional externa, esta actúa también como un elemento de eficiencia y de aporte de valor en la prestación de los servicios. En la medida que el profesional ha de conocer de primera mano todos aquellos aspectos personales relacionados con la problemática del cliente y paciente, especialmente, en las prestaciones de carácter asistencial, poner en práctica la empatía se traduce en una mejora en la precisión del procesamiento de la información por el profesional que le permite proporcionar la suficiente confianza y tranquilidad en el trato personal. En consecuencia, una vez aplicada la empatía para lograr una mejor prestación, todo ello repercute en un incremento del valor del objeto del servicio, esto es, el bien o situación personal a tratar. 

Medir el impacto de la empatía 
A priori, calibrar el impacto de la empatía en la prestación de los servicios profesionales puede resultar complejo y escurridizo puesto que se mueve en el terreno de los intangibles y es difícil de capturar. Si bien, podría medirse indirectamente bajo otros parámetros tales como el nivel de satisfacción y tranquilidad de los clientes y pacientes aproximado por su fidelización y recomendación posterior. Y de manera interna, en un despacho, estudio o clínica, etc., por la capacidad de colaboración y cooperación entre el personal en el plano horizontal y vertical en diferentes periodos donde el foco estaría en los resultados alcanzados. 

En todo ello, aparece de nuevo que la adherencia del profesional al código deontológico mediante la colegiación sella el compromiso y refuerzo de la empatía para con la sociedad.

martes, 17 de diciembre de 2019

#ApunteEconómicoUP: Acerca de la desigualdad, la economía y la política

«No debemos dejar que la economía deje de ser una ciencia moral y se aleje del debate social». Fue una de las principales reflexiones que dejó el economista francés, Thomas Piketty, el pasado 11 de diciembre en la presentación que realizó de su nuevo libro Capital e ideología (Deusto, 2019) en el Instituto Francés de Madrid. 

Conocido por sus profundas investigaciones con base en amplias series estadísticas históricas, como ya mostró en El capital en el siglo XXI (Harvard University Press, 2013) en el que analizó el origen de la distribución del ingreso y la riqueza en el mundo desde el siglo XVIII, en esta ocasión, profundiza en las raíces de la desigualdad, sobre la cual afirma que no es económica o tecnológica, sino ideológica y política. Es decir, la desigualdad tiene más que ver, según sus palabras, con la estructura fiscal, el sistema normativo, o de educación que se establezca. 

De tal modo, en su intervención también ponderó la relevante influencia de introducir una fiscalidad progresiva, no solo por redistribuir la renta, sino también porque permite reinvertir en educación pública. El propio Piketty ya reconoció que «las políticas de educación y formación, en diversas formas, también constituyen una poderosa herramienta de redistribución eficaz que permite modificar estructuralmente la desigualdad de las rentas del trabajo» en La Economía de las desigualdades (Anagrama, 2015). 

Por su parte, abogó además por repensar la política económica de la Unión Europea. Así, defendió avanzar en construir una fiscalidad común de manera definitiva para progresar en la integración europea y superar el eje franco-alemán dominante actual con objeto de que España e Italia también tengan un mayor peso en el debate de las decisiones económicas, normativas y sobre políticas sociales. 

  • La intensa interacción entre política y economía 

Precisamente, al hilo de la interacción o vínculo entre la política y la economía que apunta Piketty, la profesora de la Universidad de Stanford, Anat R. Admati, publicaba un reciente artículo en el que incide de manera clara en la relevancia crítica que supone para el bienestar social que haya un cauce de colaboración entre políticos y economistas más amplio, certero y no distorsionado. 

Entre otras cuestiones, defiende que la esfera académica en el ámbito económico ha de mezclarse más con el mundo real. Ello se debe a que puede suministrar la necesaria información y contraste técnico a la política tanto para informar de la mala de aplicación de leyes, como para ajustarlas o solicitar que se rindan cuentas. Con todo, recuerda que «la aplicación de modelos económicos inadecuados a las políticas en el mundo real es similar a la construcción de puentes utilizando modelos de ingeniería defectuosos. Se pueden producir daños graves». 

Por ejemplo, también recuerda que es fundamental profundizar en saber y discernir «la forma en que se desarrollan las estructuras de poder y las asimetrías de información dentro y entre las instituciones de los sectores público y privado».

miércoles, 27 de noviembre de 2019

#ApunteEconómicoUP: A vueltas con la España vacía y las profesiones

Si hay un tema que ha ganado en especial relevancia e impacto mediático en los últimos años es el conocido como la España vacía, vaciada o despoblada: básicamente, la progresiva caída de la densidad de población en los territorios del interior de la península asociada a una demografía envejecida y una brecha en términos sociales, económicos y de servicios respecto a las ciudades. Todo ello, ha llegado a colarse en la agenda de muchos interlocutores de la sociedad civil y comienzan a surgir algunos análisis e iniciativas que es interesante valorar más allá del ruido. 

Entre algunas de ellas, existe un cierto nexo común como se desprende a continuación. En primer lugar, se publicó que en las comunidades autónomas del interior, cada curso emigran más jóvenes para estudiar en las universidades de las grandes ciudades como recogen los datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Una de las derivadas más potentes que produce este fenómeno es que estos alumnos después de finalizar sus estudios comienzan su vida personal y laboral lejos de su tierra de origen. Por ello, muchas universidades del interior están impulsando programas para fidelizar y atraer a más estudiantes. 

Vinculado a este fenómeno, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) apuntaba también según un estudio que el 77% de los autónomos en poblaciones inferiores a los 5.000 habitantes tenía más de 59 de años y solo un 2% menos de 30 años. Por ello, esta organización apuesta por la Red de Ayuntamientos Rurales Emprendedores con el objetivo de implicar a todos los agentes del ámbito rural como fundaciones, o agentes de empleo, etc. y así atraer a nuevos emprendedores en las regiones más despobladas. 

Finalmente, conocíamos que Forbes publicaba que los grandes patrimonios en España se concentran cada vez más en las grandes ciudades debido a que en ellas se dispone de más servicios y actividad económica que sirve de atractivo para estos capitales, en contraposición con las zonas menos pobladas. Este dato, que a priori es accesorio, puede ser un indicador indirecto de la prosperidad y distribución de la riqueza de un territorio. Especialmente, debido a que se observa que las grandes fortunas provienen cada vez más de la gestión empresarial y no tanto de origen familiar. En definitiva, fomentar el arraigo desde los inicios universitarios en la región en la que se estudie puede contribuir a que la brecha entre campo y ciudad sea menor

Por su parte, recordamos que en la revista Profesiones de Unión Profesional estamos llevando a cabo una serie de artículos centrados en la España vacía y las profesiones que explora desde una perspectiva objetiva, técnica y novedosa la relevancia de los profesionales de las distintas ramas y los colegios profesionales, sus problemáticas y su influencia significativa para contener o revertir esta situación. 

En este sentido, ya han sido publicados tres artículos de la serie que dejamos a vuestra disposición de nuevo: 



martes, 29 de octubre de 2019

#ApunteEconómicoUP: Las profesiones, clave en el desarrollo económico. A propósito del Nobel de Economía 2019

El nuevo enfoque basado en la experimentación para la reducción de la pobreza fue la temática con la que la Real Academia de las Ciencias de Suecia entregó en nombre del Banco Central del país nórdico el galardón del Premio Nobel de Economía 2019 a los profesores Abhijit Banerjee, Michael Kremer y Esther Dufló
Precisamente, esta última que también es la segunda mujer que recibe este reconocimiento en la categoría de economía después de Elinor Ostrom en el 2009, fue mencionada debido a la relevancia pragmática de sus iniciativas en nuestro artículo sobre la Desigualdad en el número 159 de la revista Profesiones de enero y febrero del 2016. 

La obra de los tres premiados por separado y a menudo en colaboración se ha convertido así en referencia por su metodología en la economía del desarrollo durante estos años al aplicar prácticas experimentales a pequeña escala y así poder evaluar su efectividad. Por ejemplo, en materia de educación en pequeños núcleos de población, esencialmente, en África, Asia e Iberoamérica pudieron mejorar los resultados escolares cuyas técnicas se han convertido en el modelo a seguir. Igualmente, también incentivaron los subsidios en atención médica que muchos países han ido introduciendo. 

  • Contribución clave de las profesiones en la mejora del bienestar

En este punto, el avance de la lucha contra la pobreza pone en valor que junto con la voluntad política que ha de ser necesaria pero no suficiente, aparece una correa de transmisión clave: se precisa del conocimiento técnico avanzado de los profesionales y, a su vez, cuando se efectúa de manera multidisciplinar el resultado muestra efectos multiplicativos, más efectivos y duraderos.

Como ejemplo, basta hacer un breve repaso para observar cómo cada ámbito de profesiones contribuye de manera crítica a generar el necesario nivel de bienestar y luchar también contra la pobreza en los lugares más vulnerables. Podemos destacar la articulación y defensa de los derechos por las profesiones del ámbito jurídico, la buena gestión del patrimonio y políticas de desarrollo económico por las profesiones del espectro de economía, la mejora en los niveles de salud y integración social gracias a las profesiones sanitarias y sociales, la calidad del entorno construido y el nivel de las infraestructuras por las profesiones de arquitectura e ingenierías, la fiabilidad científica otorgada al tejido productivo y público por las profesiones científicas, o el determinante papel de la educación. 

A tal efecto, como estudiamos en Unión Profesional (en los números 176 y 177 de la revista Profesiones) sobre el peso del subsector de los servicios profesionales alrededor del mundo en términos económicos, parece sugerirse que el mayor nivel de desarrollo económico y social está vinculado a una mayor presencia de las profesiones. Si bien, su fuerza siempre será mayor en la medida que el marco regulatorio de los países sea más estable y proporcione un sistema de profesiones colegiadas asentado que proteja y controle el ejercicio profesional, y defienda los derechos de los usuarios, clientes y pacientes.

jueves, 26 de septiembre de 2019

#ApunteEconómicoUP: Sobre la relación entre el progreso tecnológico y las profesiones colegiadas

«La teoría económica no ofrece una respuesta clara acerca del efecto de largo plazo de los efectos del progreso tecnológico sobre el empleo». Es una de las consideraciones principales que expone en su reciente artículo sobre el impacto económico de la automatización Robert Skidelsky, profesor emérito de economía política de la Universidad de Warwick. 

Efectivamente, parece no haber un absoluto consenso académico sobre los efectos de los avances tecnológicos en la economía. Normalmente, se alude a que el progreso puede destruir empleo a corto plazo, pero a su vez también es capaz de crear nuevas áreas y sectores que demandan la ocupación destruida anteriormente. No obstante, para Skidelsky la clave está en la diferenciación entre las innovaciones que ahorran empleo, como las de producción, y las que lo crean, como los nuevos productos y servicios que salen al mercado. Por ello, apunta que el balance final sobre la ocupación dependerá «del equilibrio entre la innovación de procesos y la de productos, y de factores como el estado de la demanda, el grado de competencia en el mercado y el equilibrio de poder entre capital y trabajo». 

  • Posibles efectos de las innovaciones en los servicios profesionales 

Este debate, que cada vez cobra mayor relevancia y alarmismo en la economía y los diferentes sectores, invita a aproximarnos en nuestro caso, a realizar algunas reflexiones sobre el subsector de servicios profesionales. A priori, en la medida que la prestación de estos servicios es intensiva en conocimiento, ello imprime su carácter genuino en relación al resto de ámbitos industriales o, inclusive, dentro del sector terciario, lo que puede hacer parecer que el componente de capital tecnológico no es tan determinante. 

Sin embargo, el ejercicio profesional cada vez se apoya más en la tecnología mediante la inversión y el empleo en medios y recursos para incrementar su precisión en la labor de diagnóstico y tratamiento que reciben los clientes y pacientes. Como muestra, basta citar las profesiones sanitarias, técnicas de arquitectura o ingenierías, o incluso legales, entre otras, que a partir de herramientas físicas y virtuales más avanzadas logran ya una reducción de tiempos en la prestación, aumentos en la exactitud de su labor, e incrementos en su productividad. 

De tal manera, aunque pueda deducirse que este subsector de servicios estaría más vinculado a innovaciones de proceso, lo cierto es que quizás está más asociado a las innovaciones que crean empleo. Ello es así, puesto que la progresiva introducción de mayor tecnología proviene de los nuevos bienes intermedios en formato de software o aparatos de análisis y cálculos más complejos que utilizan las profesiones en su ejercicio. Por ello, hablaríamos de un subsector que, en principio, generaría empleo indirecto en las nuevas industrias relacionadas a las que se demandan nuevos bienes y servicios que mejoran las prestaciones profesionales. Además, la presumible aparición de nuevos servicios, enmarcada dentro de las innovaciones de producto debido a la creciente complejidad de las relaciones de las personas, empresas y entidades en áreas sociales, económicas y técnicas, etc. supondría esperar un crecimiento en el empleo de las profesiones. 

En este sentido, si consideramos el perfil más intrínseco a la prestación de servicios profesionales, no se debe obviar que precisan también un elevado componente de trato personal. Por ende, explorar la sustitución de profesionales por mecanismos automatizados o virtuales de prestación no debiera tener demasiado recorrido en el futuro, pues el componente de confianza y la necesaria interacción personal para detectar y profundizar en la problemática del cliente y paciente es y seguirá siendo crítica para recibir la mejor atención.

lunes, 29 de julio de 2019

#ApunteEconómicoUP: Sobre la productividad y el riesgo winner-take-all en servicios profesionales

El último informe mensual de julio del 2019 que elabora Caixabank Research recoge en su dossier un artículo de especial relevancia que aborda la estrecha relación entre la productividad y los tipos de interés. De tal modo, cuando la productividad se mueve en niveles reducidos como en la mayoría de las economías avanzadas actualmente, ello también presiona a la baja a los tipos de interés. 

La explicación detrás de esta conexión radica en que si la productividad de la economía apenas crece, las empresas no observan oportunidades de inversión y acaban por demandar menos crédito. Igualmente, una baja productividad se traduce en un crecimiento más contenido de los salarios lo que produce una inclinación a aumentar el ahorro. Otra fuerza que incide de manera notable sobre la evolución de los tipos de interés es la demografía, puesto que si esta envejece y decrece, también es una fuerza a la baja sobre los intereses. 

Bajo este marco, desde la entidad se preguntan cuál podría ser el impacto de los avances tecnológicos sobre la productividad. Un aspecto difícil de medir al argumentar que pueden existir «elementos que impidan aprovechar todo el potencial de las nuevas tecnologías y que limiten el empuje sobre la productividad y, por lo tanto, sobre los tipos de interés». 

  • Dinámica 'winner-take-all' 

Entre estos elementos, hay uno que llama la atención por cuanto pudiera afectar al subsector de servicios profesionales. En concreto, la posible aparición de las dinámicas winner-take-all como resultado de que algunos operadores del mercado alcancen una masa crítica de consumidores por sus innovaciones y forma de operar, discutible en términos de competencia que les haga ganar una cuota de mercado suficiente como para tender a reducir la competencia. De hecho, se expone que estas dinámicas, dan lugar a la aparición de «empresas y profesionales superestrella». 

En consecuencia, llevado a los servicios profesionales, paradójicamente un determinado avance en la tecnología aplicable del que se esperaría un incremento de la productividad y del nivel de competencia acabaría por surtir el efecto contrario por su utilización, diferente a lo perseguido por la libre competencia. Lo resultante, sería una reducción en el incentivo de potenciales operadores de entrar al mercado en el futuro por los costes tan elevados de inversión que supondría competir con el líder del mercado. Incluso, podría dar lugar a un incremento de los precios para los clientes y pacientes en última instancia. 

  • Liderar el mercado no puede bloquear su avance 

Un fenómeno que puede profundizarse en tanto en cuanto, las nuevas tecnologías requieran factores productivos escasos pero «esenciales en la producción» como estos profesionales junto con los activos intangibles. Esta conexión que ya se estaría produciendo de forma general según algunos estudios en algunos sectores contribuiría, efectivamente, a incrementar la desigualdad en las remuneraciones de los factores productivos, como algunos segmentos de empleo, en los mercados. 

De tal forma, a pesar de que el avance tecnológico es imparable y necesario para favorecer el crecimiento y desarrollo económico, se ha de vigilar en materia regulatoria que se produzca bajo unos cauces que no fagociten precisamente la inversión en tecnología y formación para una vez logrado liderar un mercado, bloquearlo para no dejarlo avanzar y dejar entrar más operadores y monopolizar así los beneficios con márgenes empresariales elevados.

martes, 25 de junio de 2019

#ApunteEconómicoUP: ¿Cómo valoramos que nos engañen al consumir?

En cualquier aspecto de la vida cotidiana, el engaño es percibido de forma más o menos negativa por quién lo sufre. Con todo, cuando nos referimos a la pericia del engaño en determinados contextos puede ser leído como una habilidad que incluso se cotiza al alza en algunas profesiones. Concretamente, en aquellas que se destinan esencialmente a la venta pues en ese ámbito, «la gente ve el engaño como una táctica de persuasión de alta presión particularmente efectiva». Es la cuestión que han buscado desgranar y atajar los autores Brian C. Gunia y Emma E. Levine en su estudio Deception as Competence: The Effect of Occupational Stereotypes on the Perception and Proliferation of Deception. 

En su investigación, diferenciaron entre 32 profesiones con «alta orientación de venta» y «orientación de venta baja» que fueron clasificadas de acuerdo a una escala por 204 participantes en diversas situaciones. De tal forma, concluyeron que en determinadas ocupaciones en el ámbito de las ventas, la publicidad y la banca de inversión, «los engañadores serían empleados más competentes que personas honestas». En otras palabras, cuando el cliente adquiere un bien o servicio, generalmente más costoso, que no tenía previsto gracias a las técnicas de engaño y manipulación de un determinado profesional, queda en la mente del consumidor que ha estado frente a un vendedor competente al lograr su objetivo. Cuestión que, al parecer, valorarían sus propios empleadores no solo en su perfil de ventas, sino además, en su proceder interno como en la declaración de gastos superior que podría suponer un sobrecoste para la empresa. 

Dentro de las profesiones contempladas, aunque se trata de un estudio realizado en la esfera anglosajona, aparecen algunas que están en la órbita de la colegiación como el abogado, el dentista, el arquitecto, el médico, el ingeniero, el trabajador social o el químico cuya categorización por los participantes les situó mayoritariamente como profesiones de orientación de venta baja. A tal efecto, si aplicaran el engaño no serían valorados como competentes, pues lo que se espera de ellos es que sean honestos de acuerdo a las conclusiones del documento. 

  • El engaño nunca puede ser una competencia valorada del profesional colegiado

Con este estudio se abre un espacio de investigación especialmente apasionante en los servicios profesionales pues encontramos un fuerte indicio conductual que diferencia a las profesiones colegiadas de otras que no lo son y operan en otros sectores. ¿Qué intuiciones hay detrás de este fenómeno? Fundamentalmente, divididas en dos cuestiones. La primera está en la demanda, puesto que el cliente o paciente cuando plantea su problemática a un profesional sobre materias sensibles en el ámbito de la salud o la articulación de sus derechos espera ser tratado con la mayor diligencia y efectividad para su resolución. Igualmente, desde la oferta el profesional colegiado realiza su acto profesional sujeto a tres factores: independencia de criterio o autonomía facultativa, control de deontológico con régimen disciplinario, y responsabilidad. Un esquema de ejercicio que lo enmarca lejos de las técnicas de engaño. 


No obstante, ello no es siempre así, dado que en diversos contextos de ejercicio sin colegiación o mala praxis, la manipulación o el engaño pueden suceder. De hecho, según otros estudios como (Hyndman y Ozerturk, 2011) la configuración del juicio que realiza el potencial usuario de su problema o asunto depende, en buena medida, de su estado de ánimo y valoración sobre el precio. Así, en muchas ocasiones, parece demostrarse que si este presenta un ánimo pesimista y mayor disposición a pagar será más proclive a ser manipulado. En definitiva, existe aún mucho camino por recorrer para desentrañar bien los resortes conductuales que operan en la relación entre los profesionales y los clientes y pacientes.

jueves, 30 de mayo de 2019

#ApunteEconómicoUP: La sociofísica en la predicción del comportamiento, ¿aplicación para los servicios profesionales?

Se suele decir, no sin razón, que las ciencias sociales son más inexactas para calibrar sus resultados en la medida que dependen del comportamiento humano. Calcular los efectos de políticas, medidas económicas y sociales se queda siempre en aproximaciones con márgenes de error a considerar, no en la exactitud de las probetas, con lo que nunca se puede obtener seguridad sobre su desempeño con antelación en un laboratorio como ocurre en la investigación científica. Sin embargo, este marco parece que puede perder vigencia en los próximos años tal y como se publicaba en Retina. Un proyecto multidisciplinar, que engloba a físicos, matemáticos, sociólogos, economistas, antropólogos y biólogos, trabaja en un simulador del comportamiento humano. Denominado Ibsen, ya ha llamado la atención, incluso, del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, pero ¿en qué consiste y cuál es su utilidad?

Sociofísica
Anxo Fernández, un físico al mando de este proyecto y que trabaja en el Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos de la Universidad Carlos III, se mueve en un terreno novedoso y que promete ser el futuro en el estudio de las sociedades, hablamos de la sociofísica, cuyo ejemplo más simple es la ola que acontece en los estadios deportivos. De este modo, lo relevante se encuentra en la interacción que se produce entre los individuos a gran escala a partir de una mayor complejidad de herramientas como el dilema del prisionero en las grandes cuestiones como el cambio climático, la economía o los movimientos sociales.  
En definitiva, desentrañar los condicionantes de nuestro comportamiento lejos de modelos estancos y que nos acercarían a una clarificación de los detonantes e incentivos en una sociedad. Todo, para lograr la aplicación de «políticas basadas en evidencia» según Ignacio Tamarit, investigador de la Carlos III. Por el contrario, si una herramienta así cae en las manos inadecuadas, podríamos enfrentarnos a unas consecuencias de manipulación de nuestros comportamientos más afinadas y, por tanto, más perturbadoras.

Medir mejor las interacciones bajo el sistema de profesiones colegiadas
Si aterrizamos el potencial de esta experimentación en el subsector de los servicios profesionales las aspiraciones podrían ser más que sugerentes. Quizás, podríamos evaluar y medir con más precisión los efectos sociológicos y económicos que produce el intrusismo, el valor del sistema de profesiones colegiadas en la certidumbre de la sociedad. También, la influencia de las redes de contactos y recomendaciones que se producen entre los clientes, pacientes y usuarios de los servicios profesionales. 
Asimismo, las interacciones entre los profesionales serían de igual interés puesto que podríamos obtener conclusiones acerca de los grupos que lideran la innovación y su permeabilidad al resto del tejido profesional. Otra opción podría ser, cómo los profesionales interpretan y desplazan a los intrusos para proteger la reputación colectiva de su disciplina en la medida que existen las corporaciones colegiales. Y así, un amplio catálogo de situaciones.

Fake news con la economía a través de la estadística
Un ejemplo reciente de la gravedad que supone la intención de manipular nuestro comportamiento era descrito por el Banco de España. En un artículo, abordaba como la ingente cantidad de fuentes de datos en la actualidad, utilizados por agentes privados en medios como las redes sociales, se emplean para generar «fake news sobre la medición de variables económicas» que llevan a conclusiones erróneas e interesadas. 
Como respuesta, la institución financiera independiente aboga por «reforzar el marco de calidad y de transparencia de las estadísticas oficiales» e, igualmente, diseñar «una política de comunicación que permita desmontar los bulos antes de que arraiguen». Sobra decir, que estamos en una época que obliga a hilar muy fino en todos los ángulos de una sociedad.

lunes, 29 de abril de 2019

#ApunteEconómicoUP: Hacia modelos económicos más precisos gracias a la digitalización de archivos históricos

Comprender las transiciones que se han vivido en unas sociedades con una gran desigualdad y conmoción social, y en otras con un crecimiento más equitativo es la aspiración de la profesora de economía en la Universidad de Harvard, Melissa Dell. Una inquietud que ha dado lugar a un proyecto muy ambicioso consistente en digitalizar millones de archivos históricos que hasta ahora han permanecido ocultos o inaccesibles en todo el mundo para el análisis predominante y la labor de prospección de muchos investigadores, especialmente, en la rama de las ciencias sociales. 

Ahora, gracias a un proyecto conjunto con una empresa canaria llamada Theam, está previsto lanzar una plataforma virtual próximamente que será el lugar donde pueda encontrarse infinidad de documentación, quizás más que centenaria, que pueda nutrir y hacer más sencillo y barato el acceso a este conocimiento humano registrado en papel, que de otro modo, acabaría por perderse o quedar al margen de la mayoría de los estudios. 

De tal forma, una de las aplicaciones que promete introducir elementos de carácter sísmico en su estructura, es en la economía y concretamente, en su modelización de fenómenos y previsiones. Un marco muy sugerente al que desde luego convendrá seguir la pista. 

Dificultades y cuestiones a considerar 
Sin duda, digitalizar todos los archivos históricos que puedan contribuir al enriquecimiento de las disciplinas de conocimiento puede ser uno de los avances que marquen un antes y un después en determinadas materias. Especialmente, en economía pero también en otras áreas como la sociología o la política. 

No obstante, ha de considerarse que en el análisis de esa nueva documentación digitalizada la información expuesta de datos puede tener sesgos, así como estar elaborada presumiblemente con una metodología diferente. Todo ello, debe ser analizado y reinterpretado para así poder ser contextualizado e incorporado de manera eficiente y útil. De tal forma, configurar equipos multidisciplinares aparece como una las claves en esta tarea de interpretación.

De interés para las profesiones colegiadas
En definitiva, todos los campos de conocimiento y actividad podrían verse beneficiados de esta ampliación de las bases históricas de información y datos para incluso elaborar mejores políticas sociales y económicas. Así, en el caso de las profesiones colegiadas, acceder a un fondo más amplio de su funcionamiento y actividad puede ser más enriquecedor para perfilar aún más sus características identificativas

E igualmente, el análisis económico que pueda realizarse abriría la puerta a que fuera más preciso en la medida que se incorporara mucha más información de cara a construir modelos econométricos de previsión en relación a impactos regulatorios como ejemplo. Sin olvidar, que la comparabilidad con otros países en este plano también sería más deseable.